La elección de un deporte es una tarea que se debe hacer a medias, entre el hijo y sus padres. Es necesario respetar el gusto y el interés de los pequeños, y jamás obligarles a que hagan algo que no les guste. A los padres cabe determinar el horario disponible para la práctica del deporte y si está a su altura, económicamente hablando.
Niños de tres a cinco años de edad
No deben hacer más de tres o cuatro horas de ejercicios físicos a la semana. En todo caso, es aconsejable que antes lo consulten con su pediatra sobre qué deporte le convendría, por si el niño sufra de algún problema respiratorio, o físico. A estas edades, el mejor deporte que pueden realizar los niños o niñas es la natación. En este deporte podrán trabajar todos los aspectos importantes en el desarrollo del pequeño, como son la coordinación, la resistencia, la disciplina, y la relación entre el esfuerzo y el resultado.
Niños de cinco a siete años de edad
A esta edad lo importante es que el niño o niña realicen varios y diferentes deportes para que puedan elegir libremente después el que más le guste. El deporte que haga a estas edades puede darles una base grande de diferentes capacidades. Lo ideal sería que hiciesen un deporte individual y otro colectivo. El individual podría ser la natación, la gimnasia deportiva o las artes marciales (Tae-Kwon-Do, Yudo), y los colectivos serían los típicos como el fútbol, baloncesto, balonmano, voleibol, y otros.
Niños de ocho y nueve años de edad
A estas edades, los padres ya se preguntarán si su hijo necesita de un deporte sólo para divertirse o quieren un deportista de competición. Todo dependerá de la opinión que tenga el niño o niña, aunque será siempre la opinión de los padres lo que tiene que prevalecer. Ellos deben optar por si están dispuestos a sacrificarse por el deporte de competición ya que este necesita de una implicación mayor, o por solo que el niño haga deporte y punto. La escuela de competición exige asistencia y apoyo máximos, alimentación y horarios adecuados, etc.